Una de las características resaltantes del management del pasado siglo XX sin duda alguna ha sido la burocracia (Red Tape), ese rasgo organizacional fue apresando poco a poco la mente de los gerentes y directivos de todas las organizaciones, muy en especial en las organizaciones públicas, hasta convertirlas en verdaderos dinosaurios empresariales de dimensiones colosales. TIC o informática no ha escapado a ese mal tan característicos en muchas organizaciones, e incluso los analistas y proveedores informáticos cayeron en sus redes, al trasladar (era la forma de pensar) esa burocracia a las técnicas y metodologías de realizar los proyectos, y más concretamente al desarrollo de software.
A partir de la explosión de Internet a mediados de los años 90 y la aparición de la telefonía móvil en años siguientes, se desataron todo tipo de ideas, frameworks y metodologías para adaptarse a esas nuevas realidades y desafíos que impone el avance tecnológico. Y más allá que meras modas, los negocios, ante la velocidad de los cambios, demandan soluciones rápidas y dinámicas que les permita seguir compitiendo es sus respectivos mercados.
Realizar proyectos de nueva generación, como por ejemplo desarrollar una App Mobile, desarrollar una solución en una plataforma PaaS (Cloud), y desarrollar aplicaciones responsive (adaptadas a todo tipo de dispositivos) demanda una forma de pensar o Thinking diferente.
Aunque no es nuevo del todo, emerge el concepto de Agilidad en el desarrollo de software para dar respuestas a esas demandas del mercado y del negocio. Necesitamos ciclos más cortos para el desarrollo, formar equipos multidisciplinarios y auto-gestionados (y auto-regulados), capaz de dar respuestas a las necesidades de este nuevo tiempo. Ya no nos vale el Waterfall de mediados del siglo XX para solucionar problemas de la actualidad.
Este concepto de Agilidad en la forma de desarrollar los proyectos IT, impone uno de los conceptos que ha colmado la atención de muchas organizaciones en los últimos años: SCRUM. Aunque como decíamos no es nuevo en su aparición y si lo es su adopción como nueva filosofía de trabajo. Es un cambio cultural en la forma de abordar los proyectos de desarrollo.
Pero cuales son los secretos, a nuestro juicio, que nos esconde SCRUM:
- Trabajo colaborativo. Involucra desde el minuto cero al usuario responsable y necesitado de la solución. Lo involucra y prácticamente lo hace responsable (junto con el equipo) de jerarquizar y priorizar sus necesidades, y todo lo hace en pequeños intervalos de tiempo (conocidos como Sprints) para mayor efectividad del trabajo.
- Trabajo en equipo. SCRUM fomenta (y es una necesidad) la creación de un equipo multidisciplinario, en donde adicional al usuario final, estén desarrolladores, diseñadores, analistas, testers, y todo rol necesario para la ejecución del proyecto. Esto crea una interesante simbiosis Negocio-TIC, que redunda en beneficios excepcionales. Los intangibles de estos equipos es la transparencia, honestidad y compromiso para alcanzar los resultados.
- Cultura de trabajo. La conjunción y simbiosis de diferentes roles y maneras de pensar, para alcanzar un objetivo único, trae consigo un cambio en la cultura de trabajo. Intenta derrotar a la perversa burocracia que tantos no incomoda, y dota a las organizaciones de una agilidad, que trae consigo valores organizaciones muy potentes para alcanzar los objetivos.
- Fortalecimiento de la relación TIC-Negocio. Una consecuencia de que el usuario pertenezca al equipo de trabajo SCRUM, fortalece la maltrecha relación TIC con el negocio, haciendo que los proyectos vean minimizados sus riesgos potenciales y obteniendo mejores satisfacción por el logro colectivo.
- Lucha contra la Burocracia. El método de trabajo que impone SCRUM, a través de reuniones diarias del equipo de trabajo, entregas funcionales en cortos períodos de tiempo y una dinámica de trabajo colaborativo es un ataque directo a la burocracia que comentábamos al inicio. SCRUM se adapta perfectamente al nuevo entorno PEST de trabajo.
- Resolución de conflicto. La intensidad en el desarrollo de los proyectos, las reuniones face-to-face desarrolla (espontáneamente) claramente competencias como negociaciones, gestión de crisis y resolución de conflictos. El trabajar codo a codo fomenta esa amalgama que solo forman los equipos, para convertirlos en equipos de alto desempeño. Las reglas “intrínsecas” del grupo se van gestando y consolidando para lograr verdaderos logros en los proyectos de desarrollo.
- Toma de decisiones. El equipo es lo suficientemente auto-gestionado como llegar a consensos en la toma de decisiones sobre la ejecución del proyecto. El equipo es responsable en última instancia del producto o servicio que se está desarrollando.
- Calidad garantizada. El cliente, por estar involucrado en el equipo, es consciente de la calidad final de su producto. El resultado final refleja en buena medida sus observaciones, comentarios y su trabajo. Es por ello que SCRUM la satisfacción del cliente está garantizada.
- Riesgos reducidos o mínimos. Sobre la misma ejecución de los proyectos, y el hecho que el equipo esté focalizado a su desarrollo, la toma de decisiones en consenso minimiza los riesgos de los proyectos. Los largos períodos de tiempos para proporcionar un resultado, SCRUM con su propuesta de entregas de 4-6 semanas os reduce, y acorta así la probabilidad de ocurrencia de muchos riesgos que se suceden en todo tipo de desarrollo.
SCRUM representa un cambio cultural en la forma de desarrollar software, es un ataque frontal a la burocracia y una filosofía de trabajo de nueva generación. Fácil de seguir e implementar, pero como todo hecho cultural tecnológico novedoso, cada organización lo adaptará a su forma estilo de trabajar y poder alcanzar así sus resultados de negocios.